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Despertar la inteligencia artificial inclusiva en México

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Por: Omar Ayala, Consultor Agil(e)

 

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata.

– Vicente García-Huidobro, 1916

La influencia de la inteligencia artificial (IA) en nuestra vida cotidiana va más allá de lo imaginable. Desde su origen en los años 50 del siglo pasado, la IA se ha entrelazado con nuestra realidad. Desde la legendaria partida de ajedrez entre Gari Kaspárov y Deep Blue de IBM, hasta las herramientas actuales como ChatGPT y Midjurney que hoy ocupan un lugar central en la conversación pública. Esta tecnología, como cualquier creación humana, está sujeta a sesgos y errores, reflejando las limitaciones de sus creadores.

La IA, al emular habilidades cognitivas humanas y utilizar la acumulación de datos existentes, puede crear oportunidades y amenazas en diversas áreas. Un riesgo importante es la propagación de desigualdades existentes relacionadas con género, etnia, posición social y orientación sexual.

En México quisiéramos establecer las bases para que la IA sea una oportunidad para profundizar la inclusión tecnológica, en vez de replicar los sesgos actuales. En el caso de la equidad de género, queda claro que tendremos que asegurar que no repitamos los patrones actuales, lo cual no será fácil.

Según el Índice Global de Brecha de Género 2023 publicado por el Foro Económico Mundial, solo el 30% de los profesionales en este campo son mujeres, lo que influye en los enfoques de las soluciones desarrolladas. En el caso de México, la brecha de género en la IA es evidente, dado que solo el 26% de las personas profesionales del sector son mujeres. Esto se potencia por la falta de acceso a Internet ya que el 63% de las mujeres carece de conocimientos sobre esta herramienta. La falta de diversidad de género puede llevar a sesgos que no consideren las necesidades de todas las personas.

Un ejemplo destacado de cómo la IA puede contribuir a promover la equidad de género es mediante la aplicación de algoritmos que identifican de manera precisa la violencia de género. Esta aplicación no sólo perfecciona la medición de este problema, sino que también nos permite asignar estos indicadores a áreas geográficas específicas, brindándonos así información esencial para la formulación de políticas y estrategias de prevención con un enfoque preciso.

Por ejemplo, en el ámbito político, al analizar datos demográficos y de participación, podemos identificar regiones donde las mujeres están subrepresentadas y tomar medidas concretas para subsanar estas disparidades. De esta manera, la IA se erige como una herramienta de gran relevancia para cerrar las brechas de género en el ámbito político1.

La construcción de un ecosistema inclusivo requiere garantizar el acceso equitativo a la infraestructura técnica necesaria para el desarrollo de la IA. Para ello, el gobierno debería impulsar una mayor inversión en la innovación tecnológica, así como en su investigación y desarrollo (el año entrante será tan solo el 0.2% del PIB, mientras que en Costa Rica y Brasil destinan el 2.4%2 y 1.7%3 respectivamente).

Deberíamos visualizar la tecnología como un bien público, al alcance de todos, cuyo uso no restrinja el acceso a otros. Como la educación básica, el acceso al agua potable y el aire limpio, deberíamos fijar como meta el acceso a la tecnología a todas las personas.

Desde la perspectiva de políticas públicas, la regulación y la gobernanza de la tecnología deben enfocarse en asegurar la equidad y proporcionar medidas de reparación en caso de violaciones a los derechos humanos. Dado que aún nos encontramos analizando cómo crear un marco regulatorio para la IA, estamos ante la oportunidad de sentar las bases para una visión equitativa que protege los derechos de todas las personas.

Los sistemas de IA deben seguir principios éticos y de privacidad al recopilar y usar datos, especialmente para comunidades históricamente subrepresentadas. La participación de diversas partes interesadas en todas las etapas es fundamental.

En este sentido, la creación de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) creada por la Senadora Alejandra Lagunes ha sido un buen punto de partida. Se han organizado sesiones en línea para sumar a expertos desde distintas perspectivas y Amy Glover, CEO de Agil(e) tuvo la oportunidad de participar en la conversación sobre equidad de género e inclusión.

Enfrentamos un momento crucial en la historia de la IA, donde nuestras decisiones pueden forjar un futuro más equitativo y justo. Los tomadores de decisiones en la industria, la academia y el gobierno deben comprometerse con la inclusión en la IA.

La IA tiene el potencial de transformar nuestras vidas de maneras inimaginables, y su éxito depende de nuestra determinación para forjar un camino parejo para todas las personas.

 

1 Véase: https://blog.egobiernoytp.tec.mx/inteligencia-artificial-violencia-genero
2 Véase: https://www.swissinfo.ch/spa/costa-rica-tecnolog%C3%ADa_la-inversi%C3%B3nen-ciencia-y-tecnolog%C3%ADa-alcanz%C3%B3-el-2-41—del-pib-en-costa-rica/48120792
3 Véase: https://www.bloomberglinea.com/2023/09/05/esto-invierten-en-ciencia-los-paises-de-latinoamerica-brasil-cuadriplica-a-mexico/

 


REFERENCIAS

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